Con el pasar del tiempo, muchas de las manchas y la suciedad suelen acumularse en las juntas del suelo, lo que les da un aspecto sucio y desagradable. La parte difícil es que, por más que gastemos en costosos productos de limpieza, las juntas siempre parecen ser la parte más complicada de limpiar y la mugre puede quedar adherida si no se limpian correctamente.
Para recuperar la belleza de tu suelo y evitar la proliferación de gérmenes y bacterias, en saudeemfamilia hemos preparado este artículo para que sepas cómo limpiar las juntas del suelo. Aquí repasaremos métodos caseros que te ayudarán a limpiar las juntas del suelo sin esfuerzo, verás que con sencillos pasos el suelo de tu hogar brillará de nuevo.
Consejos para la limpieza de las juntas del suelo
Al hacer una limpieza profunda en el hogar, una de las tareas más complicadas es la de sacar la mugre de las juntas del suelo. Suciedad y manchas se acumulan con facilidad en las juntas y los rodapiés de los suelos de cerámica, dejando manchas y bacterias a pesar de utilizar diversos productos químicos de limpieza, aspiradoras y pulidoras.
Un aspecto clave para saber por qué se acumula tanta mugre en las juntas del suelo es la regularidad con la que aseas tus pisos. Si demoras mucho en hacer limpieza en tu hogar, seguramente será más complicado sacar partículas y manchas adheridas a él. Por ello, es importante limpiar el suelo al menos una vez por semana.
Asimismo, debes tener en cuenta el material del suelo de cada habitación antes de determinar qué método de limpieza utilizar. Por ejemplo, no puedes utilizar el mismo método para la limpieza de los azulejos del baño que para la limpieza del suelo de una sala de estar o de la cocina.
En este artículo, te explicamos los mejores métodos y trucos para limpiar las juntas del suelo. Presta atención a las instrucciones y podrás tener un suelo resplandeciente para que tu hogar se vea como nuevo.
Bicarbonato
El bicarbonato de sodio suele ser el mejor aliado para limpiar los azulejos del baño. Solo debes combinarlo con agua tibia para ver resultados inmediatos. Verás como la superficie queda como nueva y libre de manchas y bacterias. Así debes utilizar el bicarbonato para limpiar las juntas del suelo y las paredes:
- Antes de comenzar, ponte unos guantes multiusos para no maltratar tus manos.
- Lava con abundante agua tibia la superficie a tratar.
- Esparce bicarbonato de sodio sobre las ranuras de las baldosas.
- Con un cepillo de dientes viejo, frota enérgicamente las juntas.
- Pasa una mopa bien mojada con agua tibia para limpiar los sedimentos sobre la superficie.
- Seca con una mopa seca toda el área tratada.
Puesto que el bicarbonato facilita la eliminación de suciedades difíciles de sacar, este también sirve para limpiar otras áreas del hogar como la cocina.
Vinagre blanco
Otro método genial para la limpieza de los azulejos del baño es utilizar vinagre blanco. Además de su potente acción desinfectante, este método es recomendado por ser una alternativa ecológica, ya que reduce el uso de productos químicos de limpieza. Si quieres utilizar vinagre para limpiar las juntas del suelo, solo sigue estos pasos:
- Mezcla 250 ml de vinagre blanco con media taza de agua tibia.
- Coloca la mezcla en un envase con rociador y aplica el producto sobre las ranuras de las baldosas.
- Deja reposar la mezcla sobre las juntas por 10 minutos.
- Frota las juntas con una esponja o cepillo de dientes viejo. Verás cómo manchas y sedimentos se desprenden de inmediato.
- Lava la superficie con agua caliente y detergente. Luego, seca con un paño.
El vinagre es uno de los productos más útiles en la limpieza del hogar y también puedes combinarlo con el bicarbonato para lograr un efecto más potente.
Amoniaco
El amoniaco es muy conocido por su poder para la limpieza doméstica. Esta sustancia incolora de fuerte olor es ideal para eliminar manchas y suciedad, así como para exterminar bacterias acumuladas en el suelo y paredes de tu hogar. Para limpiar las juntas del suelo sin esfuerzo, usa el amoniaco de la siguiente manera:
- Antes de comenzar, ponte unos guantes multiuso y un tapabocas para protegerte del hedor.
- En una cubeta mezcla 30 ml de amoniaco con agua.
- Aplica la mezcla sobre las juntas del suelo y las paredes que lo ameriten.
- Frota las ranuras de la cerámica con un cepillo de dientes viejo para remover todos los sedimentos y manchas.
- Lava la superficie con agua caliente y detergente para optimizar el poder limpiador del amoniaco.
El amoniaco es uno de los productos de limpieza más versátiles.
Lejía
La lejía es un excelente desinfectante y blanqueador de juntas, aunque no debes olvidar usarla con cuidado debido a su fuerte olor y poder corrosivo. Cuando te enfrentes con manchas, moho, grasa y otras suciedades en las juntas del suelo, difícilmente encontrarás un mejor producto para conseguir una limpieza profunda.
La lejía actúa como un agresivo disolvente en la limpieza de los azulejos del baño y la cocina, ya que pulveriza de inmediato sarro y hollín acumulado en las ranuras de la cerámica. Así debes utilizar la lejía para limpiar las juntas del suelo:
- Disuelve 30 ml de lejía en medio litro de agua tibia.
- Aplica el líquido con un envase rociador o con una esponja sobre la superficie a limpiar.
- Frota las juntas del suelo con un cepillo.
- Deja reposar la lejía sobre la cerámica durante 5 minutos. Luego, lava con abundante agua y desinfectante.
Siempre que vayas a utilizar lejía, usa guantes multiuso y mascarilla para protegerte. Evita, en cualquier circunstancia, el contacto directo con la piel o la vista, así como el contacto con productos con los que produzca reacciones tóxicas como el amoniaco.
Almidón y peróxido de hidrógeno
El almidón y el peróxido de hidrógeno pueden combinarse para preparar un potente limpiador doméstico. En el caso de la limpieza de las juntas del suelo, esta mezcla elimina rápidamente la mugre y las manchas aferradas a suelos de cerámica, mármol o porcelana sin maltratar la superficie intervenida. Para usar estos productos de limpieza, sigue estos pasos:
- En un cubo plástico, mezcla una taza de peróxido de hidrógeno con 3 cucharadas de amoniaco. Revuelve constantemente hasta obtener una pasta cremosa.
- Aplica la mezcla sobre las juntas del suelo y frota enérgicamente con una esponja o cepillo.
- Deja actuar la mezcla durante 1 hora y, luego, lava la superficie con agua y desinfectante.
Aguafuerte
El aguafuerte utiliza el poder del ácido nítrico para desmanchar y desinfectar pisos, paredes y sanitarios. Si quieres limpiar las juntas del suelo, puedes usar este método esporádicamente y solo en el caso de que haya demasiada suciedad acumulada.
La razón de esto es que el aguafuerte, como su nombre lo dice, es muy potente y puede deteriorar la cerámica de tu hogar. Asimismo, es muy importante que, antes de utilizarla, te coloques guantes, tapaboca y, de ser necesario, gafas protectoras, pues el aguafuerte puede producir fuertes alergias. Así debes utilizar este potente método limpiador:
- Lava el suelo y las paredes que quieras desmanchar y desinfectar con agua caliente y detergente.
- Deja secar el suelo durante 15 minutos, sin utilizar mopas para absorber el agua.
- Cuidadosamente, aplica aguafuerte con un rociador sobre las juntas de la cerámica, procurando no empapar la superficie.
- Frota enérgicamente las juntas con un cepillo para eliminar toda la suciedad y manchas acumuladas.
- Acto seguido, pasa una esponja húmeda sobre las juntas para eliminar los restos esparcidos sobre la superficie.
Lechada
Muy efectiva tanto para blanquear el suelo como para fijar ladrillos y cerámica, la lechada es genial para remplazar o limpiar las juntas del suelo. Aunque este método blanqueador de juntas puede ser un tanto engorroso, con él tus suelos y paredes quedarán como nuevos. Solo debes implementar este método si la suciedad y el deterioro son excesivos. Para usar la lechada para limpiar las juntas del suelo, sigue estos pasos:
- Con un cincel pequeño, retira la lechada de las juntas del suelo. Ten cuidado de no maltratar las baldosas al cincelar las ranuras.
- Con un cepillo seco, retira todos los sedimentos acumulados de la lechada retirada. Barre y recoge todo el polvillo acumulado.
- Prepara la lechada. Sigue cuidadosamente las instrucciones del fabricante que encontrarás en el empaque del producto.
- Aplica la lechada sobre las juntas con una espátula.
- Deja reposar por una hora y, luego, limpia la superficie con una esponja y desinfectante.
- Por último, es recomendable aplicar un sellador protector sobre las juntas para que la lechada aplicada perdure más y se contamine menos.